El PP abrió en el año 2000, las puertas de España a la inmigración descontrolada con la ley de extranjería y en 2001 con el reglamento de inmigración que instauraban la regularización por arraigo y las reagrupaciones familiares masivas. Eso sin contar con las regularizaciones extraordinarias aprobadas por Rajoy cuando era Ministro del Interior.