Ronaldo sigue triste y la “casa blanca” no levanta cabeza. Debe ser lo que realmente influyó para que la manifestación del sábado en Madrid se quedara en menos de lo que los organizadores esperaban. Yo siempre hago mis propios cálculos y ayer meditaba lo siguiente: si la manifestación estaba apoyada por 200 organizaciones, qué menos que cada una de ellas aportará una media de 1.000 personas entre socios y simpatizantes. Lo digo porque algunas aseguran tener un millón de afiliados o más. Sin embargo, creo yo que el sábado no había las 200.000 personas que yo esperaba en la madrileña plaza de Colón (yo sí he visto esa multitud en la plaza. Y hasta un millón hace unos años). Pero da igual si son más o son menos, lo importante es que fueron pocos. Es decir que, tras un ingente esfuerzo de convocatoria tras un gasto ingente en autobuses, ahí no acudieron más de 40.000 o 50.000 personas a lo sumo. Es cierto que la gente está muy cabreada y con razones para ello. Pero el ciudadano no es tan ingenuo como muchos piensan y sabe algunas cosas. Veamos alguna de ellas. Una es que muchas de las organizaciones convocantes están tan pringadas en la crisis y en sus efectos como el que más con lo que malamente van a poder defender los derechos de los afectados; otra es que, aunque las cosas nos van a todos muy mal, parte de lo que se está haciendo era necesario, aunque también sea imprescindible hacer mucho más y, sobre todo, sea prioritario corregir algunas medidas que se están haciendo, sobre todo con los autónomos (vivan los retruécanos); y otra más es que pocas veces se consigue algo pasándose el día detrás de una pancarta y mucho menos si lo único que se hace es eso. Las protestas son un último recurso cuando ya todo ha fracasado, cuando las vías de negociación se han cegado. Y este no es el caso. Aún, creo, se puede intentar dar la vuelta a muchas medidas que nos preocupan. Con tiempo y tozudez.

Por otro lado, los asuntos en el levante también muestran un cariz complicado. Se habla de independencia sin explicar los costes que puede tener para el ciudadano y para las empresas. Es una iniciativa que, cuanto menos, hay que meditar mucho porque, al margen del romanticismo que puede entrañar para algunos, un país no puede prosperar si su peso en Europa y en el mundo le sitúa al lado de la República de San Marino. Aunque pueda haber una brecha fiscal, hay que hacer cuentas porque administrar un país en solitario es algo muy caro y es necesario mirar, sobre todo, si perjudica a la economía del territorio. No vaya a ser que, al final, sea necesario aumentar los impuestos para financiar la iniciativa. Hay que tener ven cuenta que la UE no suele dejar entrar a nadie hasta pasado cinco o diez años. Entre tanto, hay una penalización de hasta un 40% en las relaciones comerciales. Confío en que los que impulsan estas ideas habrán tenido todo esto en mente y que no estén avanzando en una dirección que suponga mayor perjuicio para sus administrados, muchos de ellos autónomos.

Bueno y entrando más en lo nuestro, la semana ha estado tranquila con algunos contactos de organizaciones nuevas que quieren integrarse en ATA, con ajustes en nuestra plataforma de servicios cuyos responsables han estado en Córdoba para presentar sus proyectos a Andalucía y discutir detalles, con reuniones entre la Federación y entidades bancarias interesadas en el proyecto de ofrecer microfinanciación a los autónomos y con anuncios del Gobierno de que buscará un sistema para dotar de liquidez a los autónomos.

Sobre estas cuestiones sólo un par de apuntes. Por un lado me gustaría que supierais que la Federación lleva tiempo insistiendo a las grandes entidades financieras de que es necesario poner en marcha un mecanismo de microfinanciación para los autónomos. Les hemos dicho que la media de créditos que necesita el colectivo está en torno a los 8.000 euros. Por lo tanto, abrir líneas de financiación de hasta 12.000 euros sería una solución sencilla para muchos negocios. Además, el banco no tendría tanto riesgo y podría conceder los préstamos con mayor facilidad. Ya os contaremos porque, aunque la idea ha caído muy bien, no es fácil poner en marcha un proyecto de esta envergadura. Y los bancos ahora están muy acogotados con todas las provisiones que les exige la nueva reforma financiera.

Por otro lado, hemos oído con estupor las declaraciones del ministro de Economía, Luis de Guindos, sobre que en los próximos días iba a presentar un paquete de medidas de financiación para PYMES. Efectivamente debe ser para sólo para PYMES porque habla de crear un mercado alternativo de renta fija en donde (sic) se negocien pagarés, un sistema de titulización de préstamos a través de un fondo y capitales semilla en conjunción con las sociedades de capital riesgo. En nuestra opinión, hay quiénes aún no saben cómo funciona la economía real, ni que los autónomos somos la gran mayoría de empresas de este país y que, la cosa ya está suficientemente complicada de por sí, para que venga alguien a liarla más. Sería bueno que nos preguntaran y quizá, algunas cosas que propone Economía debidamente reconducidas a la realidad de los autónomos, podrían valer. Pero creemos que las soluciones son más sencillas que todo eso.

Os tengo que dejar aquí porque me estoy alargando mucho. Miro la bola de cristal y veo que vamos a tener en breve alguna noticia que no nos desagradará. Pero ahora todo el mundo está pendiente de la dimisión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y no quiero desviar la atención hacia ningún otro lugar. A partir de hoy van a correr ríos de tinta sobre este asunto. Os deseo una buena semana y espero volver con vosotros la siguiente. Entre tanto os envío un afectuoso saludo.

Francisco J. de Palacio