plumas15.jpgEl sector no puede vivir eternamente de los éxitos del pasado. Insisto en que la capacidad de imaginar es el mayor recurso que tenemos para sobrevivir y avanzar.

 

Tenemos que buscar investigadores que dediquen su tiempo a la creatividad y apliquen su conocimiento para encontrar soluciones eficientes, más responsables e innovadoras. Hay que inventar el futuro, nuestro futuro.

 

Tenemos que saber gestionar el patrimonio que nos han dejado los joyeros antepasados y vehicularlo hacia los interlocutores del mundo actual.

 

Hay que actualizar el modelo de gestión integral con las herramientas del siglo XXI. Tenemos que aprender a buscar lo que es mejor para nuestro cliente.

 

Muchos opinan que no nos merecemos esto, que somos el sector más castigado y tal vez el último en poder superar esta crisis que nos azota, pero todos nos debemos preguntar: ¿Qué hemos hecho antaño para que la situación no llegara a ese extremo?

 

La joyería ya no atrae, no da prestigio, entorpece la marcha del día a día.

Hemos dejado escapar campañas como aquellas de que el oro refleja sentimientos, el joyero es el modisto del oro, un diamante es para siempre (algunos opinan que este eslogan fue dañino)…

 

Pero si el viento no tiene fronteras, la joyería tampoco. Tenemos que aprender a globalizarnos, a ser colectivos, a defender el sector. Las envidias y las zancadillas han de pasar a la historia. Tenemos que movernos dentro del sector y para el sector si queremos mejorar la salud del joyero.

 

Tenemos que movernos con un movimiento inteligente y actual, y practicar ese servicio de atención personalizada que nos solicita el “inteligente” consumidor.

 

Ese servicio a medida en el que también seamos capaces de reducir costes sin bajar calidad y buscar nuevas soluciones para estar al día controlando los gastos, con asesoramiento personal y muy especializado.

 

En toda crisis hay un punto de inflexión, aquel donde los riesgos sean manejables. Aquí no hay fórmulas perfectas, pero sí soluciones adecuadas. Hay que saber preguntar y a quien preguntar cual es el momento, y ahora ha llegado.

 

Tanto si estás ya en proceso de recuperación como si lo estás buscando, podemos ayudarte. Hay trabajos invisibles que resultan claves en situaciones críticas. Hay que tomar la buena dirección y aprender a jugar en el campo que corresponde a cada uno.

 

Tenemos que conjugar la vinculación con los mercados locales-internacionales y la consistencia de mensajes publicitarios claves.

Siempre se ha dicho que saber es poder, pero gracias a las nuevas tecnologías el que más sabe es el consumidor.

 

Estábamos instalados en la rutina y vimos llegar el cambio. Ahora hemos de tomar el timón de nuestro destino. Y hacerlo con fortaleza y confianza.

 

Si hay un sector que tenga algo que ofrecer a todo el mundo, éste es el joyero, porque ofrece ilusión, estilo de vida y pasión, despierta sentimientos, nos hace sentir seguridad.

 

Son muchas las razones para abrirnos a un mañana más allá de la crisis. Un mañana en el que juguemos como actores del mercado en igualdad de condiciones que el resto de sectores cuya vocación primordial es cautivar los sentidos del cliente.