Te has quedado en paro. ¿Y ahora qué? ¿Te pones a buscar otro? ¿Te tomas un tiempo de descanso -si tu economía te lo permite-? ¿Te pones a aumentar tu formación? Ante las múltiples posibilidades que se nos plantean cuando perdemos el empleo, hay quien opta por otra alternativa: emprender.
Nadie ha dicho que sea fácil pero, en ocasiones, un desempleado lo ve como la única opción. «Si no me doy trabajo yo, no me lo va a dar nadie», puede pensar. Lo que está claro es que, ante las escasas (casi nulas) posibilidades de encontrar trabajo, cada vez son más las personas que cogen sus recursos y deciden probar suerte por su cuenta y riesgo.
Según los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, recogidos por la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (UATAE), 120.905 españoles en paro han optado en el primer semestre de 2012 por capitalizar su desempleo para destinarlo a iniciar una actividad por cuenta propia.
La cantidad media a la que acceden estos parados para iniciar su aventura es de 3.518 euros, algo inferior a la de 2011, que ponía a disposición de cada desempleado una media de 3.693 euros.
Y una vez decidido que se va emprender, ¿de qué manera se hace? Caben dos posibilidades: inscribirse en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) o formar parte, como socio, de una sociedad laboral o cooperativa. La primera opción suele ser la menos arriesgada y, por tanto, la más recurrida: el 95% de las capitalizaciones corren a cargo de futuros autónomos.
Optimismo frente a pesimismoSin embargo, las nuevas altas chocan de frente con una realidad que nos sitúa ante un país en el que, a pesar de la escasez de empleo por cuenta ajena, el número de autónomos no para de bajar.
Y es que en los nueve primeros meses de este 2012 se han perdido nada menos que 23.937 trabajadores autónomos, lo que deja a nuestro país con una cifra cercana a los 3,04 millones de trabajadores por cuenta propia, un 0,8% menos que en septiembre de 2011, según la Federación de Autónomos (ATA).