La Cámara baja del Parlamento alemán (Bundestag) aprobó hoy la implantación del salario mínimo interprofesional en Alemania, uno de los pocos países de la UE donde no existía esta regulación y donde a partir de 2015 legalmente no se trabajará por debajo de los 8,5 euros por hora.
La medida fue respaldada por amplia mayoría, tras meses de discusiones internas en el gobierno de la canciller Angela Merkel y como proyecto impulsado por el cogubernamental Partido Socialdemócrata (SPD). La ministra del Trabajo, Andrea Nahles, del SPD, había defendido su proyecto antes de la votación como la «pieza fundamental» para la política de empleo del país y como medida contra la precarización del mercado laboral.
Habrá, no obstante, un periodo transitorio de dos años para determinados sectores que tienen convenios colectivos en vigor en los que han fijado un salario mínimo propio (desde los 6,5 euros la hora para los peluqueros, hasta los 13,95 en la construcción). El nivel de los 8,5 euros por hora trabajada será revisado en 2016 y, a partir de entonces, cada dos años.
«El salario mínimo interprofesional garantiza la paz social y aporta justicia laboral», indicó Nahles, artífice del proyecto, que el SPD convirtió durante las negociaciones de coalición en condición sine qua non para formar gobierno con el bloque conservador de Merkel.
La ministra indicó, además, que un total de 1.600 funcionarios velarán por el cumplimiento efectivo de ese salario mínimo, ya que se trata no solo de que este exista «sobre el papel», sino que además se plasme en la realidad laboral alemana.
El proyecto de Nahles obtuvo 535 votos a favor —de las filas gubernamentales, más los Verdes—, frente a 5 en contra y seis abstenciones, procedentes de La Izquierda, que exigía un salario mínimo de 10 euros por hora.
Jóvenes y parados de larga duración, excluidos
Para lograr el sí a su proyecto, Nahles tuvo que admitir algunas excepciones, impuestas por el ala más derechista de las filas de Merkel y recomendadas por algunos expertos. Así, quedarán excluidos de la norma los desempleados de larga duración que encuentren trabajo, durante los primeros seis meses de su contrato.
Asimismo quedarán fuera del mínimo los menores de 18 años sin titulación y los becarios en formación, para tratar de evitar que los jóvenes se lancen a buscar trabajo en lugar de completar su formación o capacitarse laboralmente.
El salario mínimo interprofesional existía ya en 21 de los 28 países de la UE pero no Alemania, donde durante décadas se consideró innecesario y solo hubo regulaciones parciales en algunos sectores laborales específicos.
El SPD lo consideró su principal caballo de batalla en la campaña de las generales de 2013, en que Merkel quedó rozando la mayoría absoluta, pero necesitada de un socio para poder formar un gobierno considerado estable. Los mismos socialdemócratas no trataron de implantarlo en los tiempos de Gerhard Schröder al frente del gobierno —de 1998 a 2005—, en coalición con los Verdes, pero ahora Nahles lo consideró imprescindible ante la creciente precariedad laboral en el país.
El proyecto de ley se someterá a la ratificación del Bundesrat (cámara baja) la próxima semana, trámite que previsiblemente superará sin complicaciones. A partir de ahí, entrará en vigor en enero de 2015 y se estima afectará a los 3,7 millones de empleados que perciben ahora sueldos inferiores al mínimo, de manera que un trabajador con jornada completa no cobrará menos de 1.445 euros brutos al mes.
Noticia procedente de el País.es