La UE ha fijado como meta reducir hasta un 95% los gases de efecto invernadero

Ignacio Mulas.– A pesar de la prolongada crisis que atraviesan todas las economías occidentales y que está afectando sustancialmente, aunque en distinto grado, a toda la actividad productiva, el sector de la construcción europeo sigue ocupando un importante lugar en la economía europea, según la UE. Genera cerca del 10% del PIB continental y ocupa a veinte millones de trabajadores, sobre todo en empresas pequeñas, empresarios autónomos y microempresas, a lo que hay que sumar el empleo y la actividad generados por la singular capacidad de consumo de esta actividad, desde materias primas, productos químicos, cementos y derivados, hasta equipos, productos manufacturados y oficios diversos, así como multitud de servicios ligados a la actividad.

Por eso la construcción en Europa sigue teniendo una singular importancia respecto a cuestiones tan determinantes para el progreso y el bienestar como son la calidad de vida, la generación y mantenimiento de empleo y, ahora, el rendimiento energético de los edificios. La sostenibilidad del sector a medio plazo pasa por aumentar sustancialmente la competitividad de las empresas aumentando su actividad en «algunos ámbitos muy prometedores, como son la renovación de edificios y las infraestructuras», profundizar en la importante tarea de contribuir a minorar las catástrofes naturales y las causadas por el hombre, y fomentar las inversiones a largo plazo destinadas a la protección de catástrofes.

Según la UE esta sostenibilidad de la construcción es esencial para alcanzar el objetivo a largo plazo de reducir entre un 80% y un 95% las emisiones de gases de efecto invernadero, y para diseñar «una economía hipocarbónica» en 2050, a la que la contribución de la construcción debería ser aproximadamente de una reducción entre el 40% y el 50% en 2030 y de cerca del 90% en 2050.

Para ello, la Comisión Europea ha hecho pública a finales de julio pasado una Comunicación que propone una «estrategia para una competitividad sostenible del sector de la construcción y de sus empresas» para los próximos diez años, en la que define los principales retos que debe afrontar el sector, e identifica los problemas estructurales existentes actualmente, como son la escasez de mano de obra cualificada en muchas empresas, el escaso atractivo para los jóvenes debido a las condiciones de trabajo, la capacidad limitada de innovación, y la lacra del trabajo no declarado y por tanto, ilegal y desprotegido.

Subraya el importante papel que el sector debe desempeñar en los próximos diez años respecto a los objetivos comunitarios en los ámbitos energético, de cambio climático y medioambiental; define los principales desafíos actuales para el desarrollo del sector puesto que es uno de los más afectados por la crisis económica y financiera, se enfrenta a una creciente competencia por parte de empresas no europeas y cada vez cobran más importancia en sus trabajos los aspectos energéticos y medioambientales, y marca objetivos para la próxima década.

Entre ellos destacan el de propiciar condiciones de inversión más favorables -para fomentar la renovación de edificios y las redes transeuropeas de transporte, combatir con firmeza la morosidad y aumentar su capacidad de innovación-, mejorar el uso eficiente de recursos -intensificando la construcción de edificios de consumo de energía casi nulo y evaluando el rendimiento medioambiental de los productos y los procesos de obras, así como de los residuos de construcción y demolición-, fortalecer el mercado interior europeo de la construcción -reduciendo cargas administrativas excesivas, solapamientos, lagunas, incoherencias y medidas obsoletas-, defender más vigorosamente la posición competitiva de las empresas constructoras de la UE, y finalmente, reforzar la base de capital humano del sector de la construcción.

Constata la Comisión que el gasto en investigación e innovación en la construcción sigue estando muy por debajo del que se le dedica en la industria en general. Y aunque puede ser explicado porque el principal interés de las constructoras es integrar en sus actividades patentes y avances tecnológicos exteriores ya disponibles, deberá hacerse un esfuerzo suplementario en este campo en los próximos años, para reducir el elevado consumo de insumos y para dar salida adecuada a la enorme producción de residuos inertes, pero también activos, que la actividad produce.

Cuestión prioritaria
La Comisión Europea considera prioritario atraer a jóvenes a las profesiones del sector de la construcción. A este respecto opina que actualmente se observa una escasez importante de trabajadores cualificados en las empresas de construcción a pie de obra y, en menor medida, en la industria de productos de construcción. Por otra parte, los sistemas de educación y formación de toda Europa difieren notablemente unos de otros en cuanto al grado de centralización o descentralización, la estructura de la formación, el papel de los interlocutores sociales, las estructuras financieras y el contenido de los planes de estudio.

Por lo tanto es necesario anticipar mejor las necesidades futuras en competencias y cualificaciones, atraer al suficiente número de estudiantes a las profesiones relacionadas con la construcción y crear las condiciones para mejorar el entorno de trabajo y la gestión de las carreras, con vistas a una mayor movilidad de los trabajadores del sector y una mayor prestación de servicios transfronterizos. También ha de prestarse especial interés en el próximo decenio al impacto del envejecimiento de la mano de obra de la UE y a la situación específica del sector en lo que concierne a la salud y la seguridad en el trabajo, instrumentando medidas y la formación adecuada para atraer de nuevo a jóvenes a las profesiones del sector.

Todo ello se cruza en España con una ventaja y una desventaja. Esta última es la durísima destrucción de empleo que está asolando el sector desde 2008. La ventaja es que, ahora que el sistema alemán de formación profesional -formación dual- parece que, gracias a su evidente eficacia en colocar desempleados mejor formados, va a ser asumido por nuestro gobierno, su soporte básico ya existe en el sector de la construcción. Este soporte es que la gestión de esa formación se ha encomendado en Alemania -y en otros países como Francia- a una entidad paritaria entre todos los agentes sociales. Esta entidad paritaria es, en el sector constructor español y desde hace ya muchos años, la Fundación Laboral de la Construcción, segunda entidad nacional de formación que más alumnos forma al año -158.000 el año pasado- y que ha venido siendo un ejemplo de cómo es posible alcanzar objetivos ambiciosos trabajando codo con codo, en acuerdo permanente, empresarios y sindicatos.

Información procedente de CapitalMadrid.com