El crédito no está y los últimos datos auguran una larga espera. El Instituto de Crédito Oficial se ha convertido durante la crisis en la promesa estrella de nuestros gobernantes cuando se les planteaba la cuestión de la falta de financiación. Un problema que desde 2008 se ha llevado por delante a miles de empresas solventes, la mayoría pymes. El problema se está agravando porque los bancos se resisten a facilitar este tipo de operaciones donde no obtienen rentabilidad. Los responsables del organismo aseguran además que se piden menos préstamos por miedo a las recientes turbulencias financieras. Una explicación que muchos no comparten.
En el primer trimestre del año, el ICO ha concedido apenas el 7% de su presupuesto anual para préstamos de empresa. El volumen de créditos del Instituto de Crédito Oficial se rebajó un 70% en este periodo en tasa interanual. Entre enero y marzo, la actividad crediticia del organismo público se quedó en 1.539 millones de euros, frente a los 5.105 millones de los tres primeros meses de un año antes.
La caída de la cuantía total está en sintonía con el desplome de las operaciones de préstamos. Éstos bajaron a 23.500 entre enero y marzo, menos de la mitad de los 57.000 del primer trimestre de 2012. La razón no estriba en que el ICO cuente con menos presupuesto. En 2013 se mantienen los 22.000 millones de euros del año pasado, lo que ocurre es que el dinero no llega a las empresas porque los bancos, encargados de asumir los riesgos de estos préstamos, no los conceden, a pesar de que el ICO es el instrumento utilizado por el Gobierno para que el crédito llegue a quienes no lo consiguen por la vía privada.
Desde el organismo público señalan que la caída de la concesión de créditos se debe a que ha bajado la demanda de las empresas. Así, las turbulencias financieras del pasado otoño han contribuido a que las empresas soliciten menos créditos, pero sostienen que ahora la petición se está recuperando, algo que se comprobará a finales de 2013.
El Gobierno es consciente de esta situación y está poniendo en marcha otras medidas. Precisamente ayer, el Ministerio de Economía firmó acuerdos con la Asociación Española de Banca (AEB) y la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) para favorecer la financiación de pequeñas y medianas empresas con un compromiso de 10.000 millones de euros de créditos adicionales.
El objetivo, dicen fuentes oficiales, es favorecer la reactivación del crédito a microempresas, pequeñas y medianas empresas, un sector que supone el 99,88% del tejido empresarial y que desempeña un papel clave en la generación de empleo y riqueza en la economía española. En conjunto, las entidades asociadas a la AEB y a la CECA se comprometen a poner a disposición de las pymes al menos 10.000 millones de euros adicionales de crédito respecto a lo concedido en 2012, con especial atención a la financiación de circulante y nuevos proyectos de inversión. También se estipula la creación de una Comisión de Seguimiento y Coordinación con el objetivo de poner en marcha las acciones necesarias para la ejecución del acuerdo, así como para realizar seguimiento de la consecución de los objetivos del mismo. Esta comisión estará formada por un representante del Ministerio de Economía, que también la presidirá, un representante del Banco de España, y un representante de cada patronal bancaria.
Los autónomos, indignados
Lorenzo Amor, presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), señala que «en estos momentos, el nivel de crédito que hay es prácticamente inexistente. Si bien es cierto que la demanda de créditos por parte de autónomos y empresas ha bajado, se debe a que la gente está cansada de obtener la negativa por respuesta».
Además, para Lorenzo Amor «las líneas de crédito del ICO no están funcionando» porque «el tejido empresarial lo que necesita ahora es circulante, es decir, créditos que en muchas ocasiones no superan los 18.000 euros, un tipo de préstamos que no son interesantes para las entidades financieras».
La solución pasaría porque «el ICO juegue un papel más importante en la micro financiación», considera Amor. Los autónomos proponen reservar una parte de esas líneas que tiene el ICO, y que se destine a una línea de micro financiación para los pequeños empresarios, con un nivel de garantía diferenciado, que pueda avalarse desde el sector público. Así, consideran que ese aval alcance el 50% o 60% del crédito y sólo haya que cubrir la garantía del resto del préstamo.
El dinero viene de Alemania
A falta de fondos propios, Alemania ya se ha ofrecido para canalizar el crédito. El Gobierno germano planea destinar unos 1.000 millones de euros a créditos para pequeñas y medianas empresas españolas en el marco de un paquete de medidas para combatir el desempleo en los países del Sur de Europa, según revela un documento de trabajo del Ministerio alemán de Finanzas, que aún debe ser aprobado para su incorporación a los presupuestos de 2014.
El Ministerio prevé que el banco estatal de desarrollo, KfW, proporcione préstamos por un importe conjunto de 800 millones de euros, así como otros fondos destinados a mejorar la estructura de capital de las pymes españolas.
«Este paquete bilateral de ayudas se compone de distintos instrumentos financieros y alcanza un volumen total de unos 1.000 millones de euros», apunta el Ministerio en el borrador remitido al comité presupuestario del Bundestag. «Las medidas resultan apropiadas porque superar las dificultades financieras y de liquidez de las pymes de los países rescatados es crucial para mantener el empleo y crear nuevos puestos de trabajo», añade.
En abril el ministro de Economía, Luis de Guindos, y el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, sellaron un acuerdo para que inversores germanos aporten capital a pymes españolas que sean solventes, con el fin último de reducir el desempleo, especialmente el juvenil.
Endeudamiento en mínimos
El saldo de deuda vivo a los hogares españoles cayó en mayo un 4,8% con respecto al mismo mes de 2012 y cae a niveles anteriores a la crisis, según datos del Banco de España. La contracción del crédito a empresas no financieras fue aún mayor: un 10,9% menos que hace un año. Una prueba más de que el canal del crédito que conecta a las entidades financieras con la economía real sigue estrechándose mes a mes.
La tarea de desendeudamiento que tienen encomendados hogares y empresas se ve favorecida por el tapón en la concesión de créditos nuevos. Así, la deuda financiera de los hogares españoles se situó en abril en 814.274 millones de euros, lo que supone una caída del 4,8% en comparación con el mismo mes del año 2012 (855.481 millones de euros) y suma cinco meses consecutivos de moderación.
Por su parte, la deuda de las empresas no financieras bajó en abril un 10,9% interanual y sumó 1,111 billones de euros, el nivel más bajo desde mayo de 2007, mientras que en relación a marzo se anotó un descenso del 0,6%.
Desde los máximos de deuda tomada por empresas y familias en 2008 hasta ahora la reducción del saldo vivo es muy severa. En este periodo ha descendido 25,4 puntos de PIB, desde un 171% en 2008 hasta el 146% del PIB actual.
Noticia procedente de diaricritico.com