No sé a quién dirigir la presente misiva, así que usaré el socorrido
“A quien corresponda”:
De un tiempo a esta parte por estos sures abandonados de la mano de Dios, está proliferando la iniciativa de los políticos locales de echar a andar lo que ellos creen que es cosa nueva : los macro-hiper-super-mega Centros Comerciales y de Ocio. Creen los chicos que ahí está la panacea de nuestros males; que con estos super centros acabarán con el paro, atraerán el turismo y arreglarán la economía. Pero un servidor que es viejo y resabido (en el buen sentido del término… si lo hay), no lo tiene tan claro
Nuestro amigo Bertín I de Arona, también conocido por “Crazy Horse”( gracias a la Sra. Hari); el otro día va y se reúne con sus amigos Paulino (er Niño del Er Sauzá) y Berriel; y hete aquí que descubre la cuadratura del circulo; y saca el conejo de la chistera: Vamos a crear un Parque de Ocio Turístico y Comercial en El Mojón, ya que la moratoria no nos deja montar cinco super-mega chachis hoteles de lujo; así pues tengo aquí en la cocina unos 300.000 metros cuadrados que los vamos a sazonar con un poco de “uso social, zonas verdes, uso deportivo y comercial” pa que el populacho no se entere y por detrás le metemos el asunto estrella: “El área comercial de más de un kilómetro de fondo” pa que las marujas hagan deporte y no se nos pongan rechonchas. El Niño Er Sauzá, meneando la cabeza asiente y todos se van de comilona.
Escasos kilómetros más allá en los territorios de Fray Miguel de la Escalona, en la muy histórica Villa de Adexe, ya el año pasado fue declarado “Año Ambrosiano”, y presentado en sociedad la nueva Cruzada Comercial; en esta ocasión modificaron el PGO para el cambio de uso de la parcela de Barranco de Las Torres, para poderla vender con todas las bendiciones a Tropicana Atlántico SL. Ahí es nada, una inversión de 401 millones de euros, 410.000 metros cuadrados; esta vez la tarta estaba adornada con la creación de cinco mil puestos de trabajo (no me hagas reír que se me rompe el labio) y como siempre, con creación altruista de zonas verdes, culturales y deportivas etc. ¡Qué buenas son las Hermanas Ursulinas; que bueno D. Ambrosión que nos lleva de excursión! El caso de Adexe, es digno de ser estudiado en las facultades de economía, resulta que el ayuntamiento se hace la competencia así mismo, me explico: Conceden la licencia para el referido centro comercial, y a la vez, haciendo de inmobiliaria, sin contar con nadie, se endeuda y compra a crédito, el CUMA en el Galeón (otro centro comercial) y ahora lo está vendiendo a trozos (local a local). ¿Alguien medianamente en sus cabales va a comprar un local en el CUMA cuando hay en proyecto la construcción del centro Tropicana? Son cosas curiosas que suceden en mi muy querido pueblo de Adexe. Pero no se alarme señor alcalde y concejales, que no va a pasar nada, la oposición esta de adorno, por no decir algo más gordo y el pueblo esta sesteando el sueño de los justos… Y aquí no pasa nada.
Por esas fechas también se hablaba de ese señor sirio, dueño de casi todos los locales comerciales de la Isla, sí ese de los almacenes numero no sé qué, que también se dedicó en su día al fútbol y que nos llenó Canarias de baratijas y restos de stock que nadie quería ni para tirar y que fue su gran negocio (tratarnos como tercermundistas). Este señor dicen que también quería parte del pastel y que iba a poner su macro-mega centro por ahí, cerca del Siam (no sé en qué quedó la cosa).
En fin, ¡Todos a una! A poner centros comerciales por doquier.
Yo me pregunto:
¿No hay entre todos ellos alguien medianamente sensato que aparte de llenarse en bolsillo piense en el mucho daño que está ocasionando?
¿No tienen bastante con los innumerables Centros Comerciales que hay en la zona de Arona-Adeje, los cuales tienen cerrados la mayoría de los locales por falta de negocio?
¿No se han puesto a pensar un poco en los pequeños y medianos comerciantes “de toda la vida” que con grandes dificultades están resistiendo el embate de la crisis?
No se han enterado que ya no están de moda los grandes centros comerciales, sino integrar en el pueblo el comercio de calidad de toda la vida.
Sin querer ser catastrofista, desde mi profana y humilde opinión, creo que de esta forma acabarán hundiendo la poca economía comercial que nos queda a favor de los grandes tiburones del mercado que ya se están relamiendo tras los bastidores.
Desde mi atalaya:
“El holandés errante”