DocLa crisis ha pasado una severa factura a las subvenciones públicas, pero no todas las organizaciones y sectores han sido igual de paganos. Las empresas han resultado, con mucho, las más perjudicadas. Apenas el 38% de los 8.023,4 millones de euros que repartieron en ese ámbito las diferentes administraciones durante el 2012 -un 14,2% menos que el ejercicio anterior y la cifra más baja desde el comienzo de la crisis en el 2008- fue a parar a una sociedad mercantil, entregándose el resto a autónomos, cooperativas y, sobre todo, lo que se conoce como «otros entes», donde figuran desde asociaciones de todo tipo hasta fundaciones, partidos políticos, sindicatos, federaciones, universidades…
Es más, mientras el importe concedido a las empresas cayó un 24,9% -y hasta un 32,3% menos si se compara con el dinero recibido como promedio en el cuatrienio 2008-2011-, el destinado a los autónomos y esos «otros entes» apenas se redujo un 6,3% el último año: 3.041,4 millones frente a 4.982 millones, respectivamente. Asimismo, el número de compañías beneficiadas por esas ayudas descendió un 19,2% hasta las 35.300, su número más reducido en el último lustro.
Los expertos de la consultora Axesor, que han diseccionado las subvenciones repartidas por las distintas administraciones en los últimos años cruzando los datos de todos los boletines oficiales (estatal y autonómicos), añaden otra referencia aún más preocupante para el mundo empresarial. Desde el 2009, cuando se repartió entre ellas el importe más alto de la crisis (5.574,7 millones, en gran parte por inyecciones extra como el controvertido Plan E), el desplome alcanza el 45,4%… y la tendencia es que prosiga.
La propia comparativa con los socios europeos no deja muchas dudas en ese sentido. Según los últimas cifras armonizadas publicadas por Eurostat -y sin tener en cuenta las ayudas financieras especiales derivadas de la crisis-, el dinero que sale de las arcas públicas españolas hacia las empresas en relación a la riqueza nacional es un 17% inferior al que reparten, de media, los Estados de la UE. Hasta el final de la última etapa de aparente bonanza (2007) estuvo por encima de la misma, aunque sin alcanzar nunca el 0,75% del Producto Interior Bruto (PIB). Desde el 2008 ha estado claramente por debajo; por ejemplo, con un 0,50% en el 2010 y un 0,42% en el 2011, frente al valor promedio registrado en la Unión, un 0,59% y un 0,51%, respectivamente. Aún no hay datos homologables de 2012, pero los especialistas apuntan un nivel «próximo» al 0,3% en España, a causa del fuerte ajuste del último año.
Para colmo, el entorno complica aún más el panorama empresarial por las restricciones que se mantienen para acceder al crédito bancario y el incumplimiento de los pagos (morosidad) tanto entre ellas como, sobre todo, por parte de las propias administraciones. No obstante, para los analistas de Axesor tan malo es que las ayudas «estén desapareciendo a marchas forzadas, precisamente ahora que resultan más oportunas que nunca», que retornar a épocas pasadas donde el «sobreapoyo» a algunas compañías y sectores «pudo generar un exceso de capacidad instalada», al no haber planificado y medido correctamente su crecimiento potencial.
Industria y servicios
En la actualidad, casi nueve de cada 10 euros (el 87%) de esas subvenciones se concentran en dos sectores: los servicios (45,7%) y la industria manufacturera (41,1%). Esta última, además, ha venido perdiendo peso en las ayudas durante los últimos años -en 2012 se dejó otros 2,5 puntos-, propiciando el aumento de otros como el agrario-pesquero y, sobre todo, el de la energía y el agua. Por tipo de actividad, las que sufrieron un descenso más aparatoso fueron las de información y comunicaciones (-65,4%), transporte y almacenamiento (-54,5%), industrias extractivas (-47,1%) y actividades profesionales, científicas y técnicas (31,6%). Sin embargo, cinco ramas lograron obtener más fondos que en el ejercicio anterior: suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado (+74,3%), administración pública y regulación de la actividad económica (+53,4%), actividades sanitarias y de servicios sociales (+25,2%), actividades administrativas y de servicios auxiliares (+8,8%) y, por último, actividades financieras y de seguros (+3%).
Pese a la fuerte reducción general, las pequeñas y medianas empresas (pymes) obtuvieron el año pasado un 6,7% más de dinero público que en el 2011 gracias a los planes de apoyo especial. En total, se les asignaron siete de cada 10 euros (el 69,8%), aunque la mayor parte de los fondos que recibieron (85,4%) venían de las arcas autonómicas.
Y es que el principal peso en la caída de estas ayudas públicas lo lleva el Estado, que el año pasado las recortó un 38,7% hasta los 1.430,4 millones de euros, un ritmo de ajuste siete veces superior al de las comunidades (-5,2% hasta los 1.611 millones). En cifras netas, la ‘tijera’ del primero fue 10 veces mayor que la de las segundas (900 millones frente a 90), lo que propició que la cuota total de las subvenciones autonómicas (52,9%) superara por vez primera en esta crisis la estatal.
No obstante, las empresas de cinco regiones mejoraron sus ingresos derivados del Estado. A su vez, siete administraciones autonómicas elevaron sus subvenciones -Extremadura (+101%), Asturias (+34%), Comunidad Valenciana (+17%) y Murcia (+17%), las que más-, aunque otras 10 las redujeron -sobre todo, Cantabria (-59%), Aragón (-28%), Canarias (-24%), Castilla-La Mancha (-23%) y País Vasco (-22%)-.
del PIB representaron las subvenciones concedidas por España en el 2011 -en 2012 apenas superaron el 0,3%-, frente al 0,51% de media en los países de la UE, según Eurostat. Malta, Finlandia, Grecia (pese a los recortes) y Eslovenia, los que más dinero dieron a sus empresas; Bulgaria e Italia, los que menos.

Noticia procedente de Larioja.com