La creación de empresas como una forma de huir de la crisis gana peso. A medida que se agravan las secuelas de la recesión en el desempleo, crecen las vocaciones, a menudo forzosas y a la desesperada, de nuevos emprendedores. El ritmo de las altas de autónomos en la Seguridad Social se incrementó el pasado año en Aragón un 8,5%. En concreto, en los once primeros meses del 2012 se constituyeron como pequeños empresarios en la comunidad un total de 15.584 personas, frente a las 14.362 del mismo periodo del 2011. Una tendencia que se repitió en el conjunto de España, con una media diaria de 1.653 nuevos empleados por cuenta propia y una subida respecto al 2011 del 9%.

Sin embargo, los importantes frenos fiscales, laborales y de negocio que sufren los nuevos emprendedores y los que llevan más años han disparado la mortalidad en el colectivo. El resultado es que la cifra neta de autónomos volvió a bajar en el 2012, por cuarto año consecutivo, con 50.000 ocupados menos.

La media de 1.653 empleados nuevos registrada entre enero y noviembre del 2012 es el nivel más alto desde el inicio de la crisis a final del 2008. Ese año, se dieron de alta en España 2.079 autónomos cada día, lo que permitió finalizar el ejercicio con una creación neta de 151.660 empleos por cuenta propia.

MUCHOS FRACASOS

Después de alcanzar un máximo de 3,3 millones de autónomos, empezó un declive que ha reducido el colectivo en 280.796 personas. La encuesta de la EPA eleva ese saldo negativo a 362.000 empleados por cuenta propia que han desaparecido en los últimos cuatro años. La crisis también se ha dejado sentir en este sentido en Aragón. No en vano, en diciembre del 2008 había en la comunidad 114.121 autónomos afiliados y ahora la cifra ha bajado hasta los 102.941. Es decir, la región ha perdido en estos años 11.180 emprendedores.

«El 2012 fue un año horrible, para olvidar, en el que dominó el espíritu de supervivencia. Cada vez hay más gente que se decide a trabajar por cuenta propia debido a los problemas para encontrar empleo. Pero el alto número de bajas, con un 10% más, neutralizó el incremento de las altas», afirmó Lorenzo Amor, presidente de la Federación de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA).

A la espera de los datos definitivos de diciembre, entre enero y noviembre del 2012 hubo en España 545.816 altas de autónomos, lo que supone prácticamente igualar el número de todo el 2011. Las organizaciones que representan a los autónomos destacan el valor de los nuevos emprendedores, pero alertan de que se está produciendo un efecto perverso que puede tener repercusiones en el futuro.

En la fase inicial de su andadura, los autónomos se ven obligados, para reunir la inversión inicial, a capitalizar la prestación de desempleo, si disponen de ella, y a menudo a convertir a sus familiares en prestamistas debido al cerrojazo que impera en el crédito de la banca, especialmente a nuevos emprendedores que no pueden avalar la inversión. «Solo uno de cada cuatro autónomos obtiene crédito». lamenta Amor.

Además, los recortes en los fondos públicos también están reduciendo la capacidad de asesorar a los autónomos que ponen en marcha un negocio, lo que contribuye a incrementar el riesgo de algunas de las nuevas empresas creadas como escapatoria a un récord de paro.

Los que han superado las barreras iniciales para establecerse por su cuenta suelen chocar enseguida con la cruda realidad si la actividad elegida no ha sido bien meditada (sobre todo teniendo en cuenta la actual caída del consumo). Pero por si todo esto fuera poco, a la falta de ingresos se une la morosidad de las administraciones y las empresas privadas y la práctica imposibilidad de obtener financiación adicional. La consecuencia es que se agota la capacidad de resistencia de muchos negocios, que acaban cerrando o dando el paso a la economía sumergida, según reconocen las patronales.

Noticia procedente de elperiodicodearagon.com