Las grandes empresas continúan siendo las principales opresoras de la liquidez de autónomos y pymes. La encuesta sobre la morosidad elaborada por el Observatorio del Trabajo Autónomo de ATA (Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos) no deja lugar a dudas: los plazos medios de pago de las empresas de entre 250 y 1.000 empleados con sus autónomos proveedores, no sólo no se redujeron en el primer trimestre del año, sino que además crecen en dos días -de 111 a 113-.
Incremento que también se produce en aquellas con más de 1.000 trabajadores, en las que, aunque el aumento es de un día -de 126 a 127- continúan duplicando los periodos de 60 días que establece la Ley. Y que obligan a autónomos y pymes a soportar unos costes financieros cercanos a los 1.040 millones de euros. Caso contrario es el que se da en las transacciones entre los propios autónomos o entre éstos y las pequeñas empresas, en los que las demoras se reducen en un día -de 59 a 58 y de 61 a 60 respectivamente-.
Operaciones entre pymes
En lo que respecta a la coyuntura que se produce en las operaciones entre pymes propiamente dichas, se observa también una leve mejoría en el conjunto del año 2013. Según los datos que se desprenden del III Monitor de Morosidad Empresarial de Cepyme (Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa), durante el cuarto trimestre del pasado año, los plazos medidos de pago se redujeron seis décimas con respecto al tercer trimestre -de 80,6 días a 80,0-, y en 2,4 si los comparamos con el mismo periodo de 2012.
Desde la Plataforma contra la Morosidad (PMCM) -que presentará su informe antes de finalizar la semana – apuntan también a una sensible mejoría «de entre el uno y el tres por ciento» en el volumen de mora de las empresas del Ibex 35 con sus proveedores. Antoni Cañete, presidente de la Plataforma, atribuye esta mejoría a la puesta en marcha del tercer plan de pago a proveedores: «Las grandes empresas han reducido su deuda en el pasivo porque han cobrado de las Administraciones, pero sin embargo no lo han compensado con sus proveedores».
Principal preocupación
El informe de Cepyme incorpora también marcadores de opinión sobre el impacto que la morosidad tiene en la evolución y capacidad de crecimiento de las pymes. Los datos, obtenidos a partir de la encuesta de Indicadores de Confianza Empresarial (ICE), colocan a la morosidad en tercer lugar en cuanto a incidencia sobre su capacidad de crecimiento, inmediatamente después de reducción del volumen de demanda y componentes macroeconómicos. Inclusive, parámetros como la fiscalidad y la escasez de financiación han presentado mejor evolución durante este periodo.
Noticia procedente de El economista.es