emprEmergencia nacional, recesión, desempleo, déficit público, endeudamiento, burbuja inmobiliaria, destrucción de empresas, morosidad… Son algunas de las palabras o expresiones que más dolores de cabeza generan a los españoles desde hace cinco años, cuando estalló una crisis sin precedentes que ha dejado por el camino una caída acumulada del Producto Interior Bruto (PIB)de más del 5% y más de seis millones de parados, según la oficina estadística europea.
La situación económica se ha convertido en una especie de ochomil que hay que escalar en los próximos meses para coronar la ansiada cumbre de la recuperación y para que comience a crearse por fin empleo.
Si 2012 fue el año en el que se tuvieron que poner en marcha urgentes planes de ajustes para sanear las raquíticas Cuentas Públicas y para recuperar la confianza de los inversores (en realidad todavía queda mucho por hacer para garantizar la solvencia del país a largo plazo y evitar el temido rescate), 2013 es la oportunidad para poner en marcha las reformas estructurales imprescindibles para fomentar el crecimiento. Aunque la reforma laboral, la Ley de Estabilidad Presupuestaria y los cambios en el sistema financiero son grandes pasos adelante que ya ha dado el Ejecutivo para dar un giro de 180 grados a la maltrecha coyuntura económica, aún falta mucho camino por recorrer.
La reforma del sistema fiscal, el rediseño de la Administración Pública y la culminación de la reestructuración del sector financiero son algunos de los asuntos imprescindibles que hay que abordar en los próximos meses para que España se aleje del club de los países periféricos de la eurozona. EXPANSIÓNha identificado los ocho grandes desafíos a los que hay que enfrentarse para volver a crecer con fuerza:
Revolución en el mercado laboral
La reforma que aprobó el Gobierno en febrero se queda corta. Aunque es un paso adelante para mejorar la flexibilidad y evitar el cierre de compañías que serían viables con menos costes laborales, son necesarias modalidades de contrato más sencillas, potenciar la flexibilidad interna de las compañías, dar una vuelta de tuerca a la reforma de la negociación colectiva e impulsar con más ahínco la lucha contra el fraude laboral. Otra de las tareas pendientes es la regulación del derecho de huelga.
Reforma de las Administraciones Públicas
El rediseño del sector público es una de las exigencias clave de las autoridades comunitarias para evitar la intervención del país. Los inversores preguntan insistentemente sobre el funcionamiento del modelo autonómico. Por eso, el Gobierno ya está trabajando en una reforma que se pretende aprobar en junio. Además de la reorganización local (que limitará las competencias impropias que prestan los municipios), el Ejecutivo tiene previsto tutelar el cierre de empresas públicas autonómicas o simplificar la legislación mediante la creación de un BOEúnico. También se está planteando una reforma radical del sistema de financiación de las regiones similar al de Canadá (el paradigma del federalismo)y una reforma de la función pública como la que impulsó el expresidente galo Nicolas Sarkozy.
Refuerzo de los pilares del Estado del Bienestar
El sistema sanitario y el de pensiones, dos de los pilares del Estado del Bienestar español, se encuentran en serio peligro tanto por problemas coyunturales como el déficit público como por desafíos estructurales como el envejecimiento de la población. La Ley de Ana Mato es insuficiente para evitar un déficit estructural en el sistema, para lo que será necesario una reforma a fondo del catálogo de servicios públicos (que unifique los servicios que se prestan en toda España). También es ineludible ahondar en fórmulas como el copago e introducir prácticas comunes en el sector privado.
La reforma de las pensiones del PSOE tampoco es suficiente para garantizar la solvencia de un sistema que cuesta anualmente a los españoles casi 100.000 millones de euros, y que no será sostenible a veinte años vista sin cambios de calado. Es preciso elevar la edad de jubilación y que no sea el sistema público el que asuma el monopolio de las pensiones como hasta ahora. España también debe replantearse el actual sistema de revalorización de las pensiones públicas.
Cambios en el modelo tributario tras garantizar la consolidación fiscal
Más allá de las subidas fiscales para cuadrar los Presupuestos y evitar “la quiebra”del país, utilizando la misma expresión a la que ha recurrido el propio Rajoy en ocasiones para explicar sus medidas anticrisis, el Gobierno tiene que crear un nuevo modelo tributario que no perjudique el crecimiento económico. El lastre del sistema fiscal español es que a pesar de tratarse de uno de los países con los tipos más altos del mundo desarrollado, es una de las potencias con menos recaudación en porcentaje de su PIB.
Reforma del sector financiero
Tras el rescate a la banca y la puesta en marcha del banco malo, en 2013 se tendrá que evaluar el éxito de la SAREB (es básico que se preserve al máximo su valor y que no se frene el ritmo de venta de inmuebles). Asimismo, se tendrá que dar una solución estable al problema de las preferentes (será necesario hacer un encaje de bolillos para que los pequeño ahorradores sufran lo menos posible y que a la vez no se ponga en peligro la estabilidad de las entidades). El saneamiento del sector también dependerá del cierre de oficinas y del adelgazamiento de las plantillas de las entidades nacionalizadas.
El proyecto educativo
La educación es una de las grandes tareas pendientes. La reforma de José Ignacio Wert va en la buena dirección. El rediseño de la FP de Fátima Báñez también es imprescindible. El problema del titánico reto del sistema educativo:que los 17 miniestados autonómicos llevan años caminando en distintas direcciones, en ocasiones por motivos puramente ideológicos.
Internacionalización
El sector exterior ha sido el refugio de las grandes compañías (y cada vez de más pymes) durante la crisis.Impulsar nuevos incentivos fiscales, la colaboración entre la empresa y la Universidad y la reducción de las trabas burocráticas deben ser algunas fórmulas que se apliquen en el corto plazo.
Más espíritu emprendedor
El único alivio que han recibido las pymes en el primer año de legislatura es el Plan de Pago a Proveedores. Pero hacen falta nuevos estímulos. La Ley de Emprendedores, que el Gobierno ha retrasado por los graves problemas presupuestarios, será la gran arma a la que deberá recurrir el Ejecutivo del PP durante este año. El fomento de la innovación también es urgente, después de duros recortes en esta partida. Pero se puede hacer más con menos: es básico que se sustituyan la actuales subvenciones directas a la I+D+i por más colaboración público-privada.

Noticia procedente de Expansión.com