Si usted es autónomo, prepárese para sufrir aún más de lo que ya sufre uno de los colectivos más desprotegidos en lo que a ventajas sociales se refiere. A la subida del IVA que tendrá que aplicar en sus facturas, y en la relación con sus proveedores, se suma el aumento de la retención por IRPF.
Según datos de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) el coste medio por autónomo de la subida del IVA, «que muchos de ellos asumirán para no trasladarla al consumidor», y de las retenciones será de 1.100 euros anuales. Como ya se sabe, el próximo 1 de septiembre entra en vigor la subida del IVA que el Gobierno aprobó en julio. El tipo general se elevará 3 puntos, del 18 al 21%, además del trasvase de muchos productos con IVA reducido al tipo general.

Aunque será una medida que afecte a todos los autónomos y al consumidor principalmente, los pequeños comercios serán uno de los principales perjudicados, ya que muchos optarán por no repercutir la subida de IVA en sus precios para mantener las ventas. Pero, además, se les incrementa el recargo de equivalencia al que hacen frente por vender al consumidor final del 4% al 5,2% o del 1 al 1,4 en tipo reducido, según la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (Uatae).

En el caso de los trabajadores por cuenta propia, hay que sumar el problema que supone el adelanto de IVA en las facturas, aunque no estén cobradas, y que ha supuesto una sangría con cierre incluido para muchos negocios sin circulante. Los autónomos de ATA calculan que desde enero los autónomos de este país han adelantado a las arcas del estado 392 millones de euros de IVA en facturas no abonadas y algunas que nunca se cobrarán. «Tener que adelantar el IVA de facturas no abonadas es una pesadilla más para los autónomos que se añade a la falta de liquidez para mantener los negocios y al alargamiento de los plazos de cobro con las administraciones públicas que de media superan los 161 días», afirma Lorenzo Amor, presidente del organismo.

Más retención del IRPF

Y además a partir de septiembre se hace efectivo el repunte en el tipo de retención del IRPF del 15% al 21% para los rendimientos de actividades profesionales. ¿Qué quiere decir? Que el Gobierno aumentará de forma temporal del 15% al 21% a partir del 1 de septiembre la retención en el IRPF por rendimientos de actividades profesionales y el ingreso a cuenta por rentas del trabajo derivados de impartir cursos, seminarios o conferencias, como ya se hizo hace unos meses con los rendimientos por cuenta ajena, en las nóminas de empleados y funcionarios.

La medida es supuestamente temporal, como la aplicada al resto de trabajadores por cuenta ajena. Según el Gobierno, a partir del 1 de enero de 2014 la retención en el IRPF por rendimientos de actividades profesionales se situará en el 19%.

Suben las bases de cotización

Y a toda esta sangría hay que sumar la referida a la base máxima de cotización, que aumentará un 5% y la mínima un 1%, en 2013. Así, el tope de máxima en las bases de cotización pasará de 3.262,5 euros al mes a 3.425,6 euros mensuales. De igual manera, la base mínima de cotización sube un 1% y pasará de 850,2 euros mensuales a 858,7 euros. Las organizaciones del sector calculan que un profesional por cuenta propia pagará mensualmente a la Seguridad Social el 26,5% de su cotización, como mínimo 227.56 euros, 2,26 euros más al mes y 27,12 más al año.

«Estas medidas acarrean nefastas consecuencias, dado que aumentará la morosidad, desincentivará el consumo y, por ende, provocará una falta de liquidez para el autónomo, que vive día a día de su trabajo», coinciden las asociaciones de autónomos.

Noticia procedente del Diariocritico.com