¿Han sido una solución los expedientes de regulación de empleo (ERE) de carácter suspensivo en los últimos años -aquellos en los que disminuye el número de trabajadores al rotar el personal sin que nadie vaya al paro-? Al cruzar los datos de su evolución con los de despidos colectivos, CCOO Canarias concluye que, en buena medida, en Canarias los ERE temporales solo han servido para postergar lo inevitable: echar empleados y acabar en la quiebra de la empresa. El Gobierno regional avala el argumento.
¿Y por qué sucede esto? El director del Gabinete Técnico de Asuntos Económicos de CCOO Canarias, José Miguel González, explica que cuando la empresa tiene dificultades «salvables» -pertenece a un sector que no está abocado a la merma o desaparición y no está «brutalmente» endeudada-, el ERE suspensivo mejora de forma «ostensible» su viabilidad. Si no están ya al borde del abismo, la modificación de determinados contratos o condiciones laborales puede incrementar la solvencia financiera y aumenta su autonomía, por lo que puede hacer frente a una demanda inferior de mejor manera.
Pero si la empresa viene con un apalancamiento financiero «importante» y le resulta imposible conseguir crédito en los mercados -un perfil bastante común debido a la duración de la crisis-, el ERE suspensivo solo sirve para dilatar la agonía de la empresa. Por eso, las que saben que necesitan una financiación adicional que no es previsible que obtengan -tienen en entredicho su viabilidad- no deberían barajar el ERE suspensivo.
Las cifras -del Boletín de Estadísticas Laborales- corroboran el análisis: en 2009 los ERE suspensivos se dispararon un 178% con respecto a 2008, mientras que los extintivos crecieron solo el 6%. En 2010, los suspensivos aumentaron un 23% en comparación con el ejercicio anterior, y los extintivos subieron un 64%.
«Parte de los suspensivos ya se incorporaron en los despidos», explica González, que fue el caso de las constructoras al inicio de la crisis -un patrón que luego se extendió a los demás sectores-.
Así, la recuperación del mercado fue más lenta -cuando la hubo- que el tiempo de duración de los ERE suspensivos.
En 2011 fueron los ERE extintivos los que se dispararon un 81%, pero los temporales bajaron un 16%. «La estructura económica de buena parte de las empresas ya estaba laminada para entonces», explica González.
Los datos, añade, se acumulan año con año de tal forma que en 2012, los suspensivos volvieron a crecer un 23%, mientras que los extintivos bajaron el 1%. Es decir, todos los años en los que aumentaron los ERE suspensivos antecedieron a los que repuntaron en despidos, mientras que el ejercicio en que bajaron los ERE temporales (2011) anticipó el único de los últimos cinco, en el que bajó el número de despidos colectivos.
González cree que la última reforma laboral «solo precariza más el empleo» y abarata el despido al punto de que es el paso previo a la extinción es la suspensión. Esto ocurre porque no se sincroniza la duración de los ERE temporales con la recuperación.
Si la crisis hubiera durado seis meses, el ERE suspensivo sería una «muy buena» idea, pero como va para los seis años, «esta solución no es tal». Las previsiones para 2013 son negativas, añade González, que recuerda que la economía nacional seguirá en problemas este año, por lo que advierte de que solo acompansado el ERE temporal a la recuperación del sistema económico -responsabilidad del Estado a través de políticas de incentivos- será útil. De lo contrario, «seguirá siendo el paso previo a la extinción».
La directora general de Trabajo del Gobierno de Canarias, Gloria Gutiérrez, encuentra «razonable» la explicación de CCOO Canarias sobre la evolución entre los ERE temporales, los despidos y el cierre de las empresas, si bien advierte de que la Administración regional no ha analizado en profundidad la situación cruzando los datos de ambos tipos de ERE.
En todo caso, Gutiérrez aclara que la elección del ERE suspensivo por parte de muchas empresas en vez del extintivo -o del cierre- no obedece a la idea de ganar tiempo mientras llega la recuperación del sector, sino a la imposibilidad de pagar los despidos, por lo que esos procedimientos ya nacen «abocados al despido».
La directora general recuerda que, tras la última reforma laboral, el Gobierno canario estudió la tramitación de todos los ERE presentados en Canarias -desde febrero del año pasado hasta octubre de 2012- que reveló que el 30% no tenían causa. Su departamento no ha podido actualizar la cifra porque el personal «es escaso».
Aunque la comunidad no tiene competencias sobre su tramitación -la reforma prescindió de la autorización- Gutiérrez introdujo para los ERE extintivos el estudio económico en 2012 y piensa añadir este año la necesidad de intentar la mediación como fórmula alternativa a los despidos a través de un acuerdo de la plantilla.
Noticia procedente de Eldía.es