La actividad emprendedora bajó un 2% entre 2011 y 2012. Una contracción que el informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM) tilda de «muy moderada», si bien, indica, que no evitará una nueva caída de la actividad durante 2013, puesto que no se han creado los suficientes relevos para cubrir el bache emprendedor derivado de la crisis, según Alicia Coduras, directora técnica del proyecto GEM en España. Además, los ciudadanos ven menos posibilidades ahora para crear un negocio debido a la existencia de un clima económico adverso .
Por su parte, la parte junior o en consolidación, ha sufrido una contracción del 34,5%, lo que se interpreta como “el resultado de una significativa mortandad de lo creado en los dos últimos años”. La consecuencia de esta prematura desaparición es la falta de relevos empresariales y de autónomos para el tejido empresarial español consolidado. Así, la tasa de actividades que superan la fase emprendedora de 3,5 años, se sitúa en un 8,74% habiendo sufrido una variación interanual negativa del 1,32%.
La falta de empleo por cuenta ajena hace que sean muchas las personas que deciden emprender. Grupo que constituye el 25,6% del total de actividad emprendedora. Este porcentaje ha disminuido dos décimas con respecto al del año 2011, lo que indica que se ha frenado la escalada de este tipo de emprendimiento. En España predomina el emprendimiento por oportunidad, suponiendo el 72,3% del total en el 2012. Sin embargo, la crisis ha hecho que se duplique también la tasa de emprendimiento por necesidad.
Sectorialmente
Consumo y servicios a otras empresas recogen la mayor parte de la actividad emprendedora del 2012, con un 52,2% y un 25,6% respectivamente. El porcentaje restante se aglutina en un 18,4% en transformación o industria y un 3,8% en el sector extractivo o primario.
Otro rasgo positivo de la actividad emprendedora es que casi un 43% son iniciativas con empleados frente al 29,3% que hubo el año anterior. La dimensión de las empresas sigue siendo micro en la mayoría de los casos, llegando a tener un máximo de 20 empleados.
Por otro lado, aumentan un 17,8% las empresas y negocios innovadores en producto o servicio. También se registra un aumento del 52% de las que se ponen en marcha en sectores medianamente o intensivamente tecnológicos y que representan un 9,9% del total. Asimismo, en el año 2012 ha aumentado la proporción de actividades emprendedoras que exportan más del 75% de su producción, cifra que se sitúa en un 6,9% del total.
Sin embargo, los datos reflejan que hay actividades que se han visto menos favorecidas. Este es el caso de aquellas actividades cuyas expectativas de crecimiento notable en el mercado han disminuido hasta un 62%. Este resultado tiene un reflejo directo en la proporción de empresas que declaran no tener competencia y que se sitúa en un 13,5% del total. Finalmente, la inversión en tecnologías de última generación (de menos de un año en el mercado), sufre una contracción del 15,5%.
La tasa de actividad emprendedora femenina es del 4% y la masculina del 7,3%. La primera ha sufrido una disminución interanual del 11,9% y la segunda un aumento del 4,4%. Por otro lado, la tasa de actividad de los jóvenes de 18 a 35 años de edad es del 6,47%, superior a la de los adultos de 36 a 64 años de edad que arroja una cifra del 5,28%.
Contribución del Emprendimiento extranjero
En cuanto al origen de los emprendedores, la contribución del emprendimiento extranjero a la TEA española muestra una disminució del 8,42%. Tomando la TEA como 100%, la contribución española a la actividad emprendedora representa un 91,1% y la extranjera un 8,7%. El colectivo extranjero sigue siendo proporcionalmente más emprendedor que el español, con una TEA algo superior al 9% frente a la española del 5,5%, si bien, el de régimen general o inmigrante está acusando en mayor medida el escenario económico adverso.
El Informe GEM 2012 completa la descripción de la actividad emprendedora analizando su peso relativo en los ámbitos rural(municipios de hasta 5.000 habitantes) y urbano (municipios de más de 5.000 habitantes). La tasa de actividad del entorno rural es del 5,8% mientras que la del urbano es del 5,7%.
Disminuye la tasa de personas que vislumbran oportunidades
Los resultados del proceso emprendedor guardan una estrecha relación con el trasfondo cultural de la sociedad en que se producen, así como con el estado de las condiciones de entorno para emprender en el país. En este sentido, la población española ha visto mermada su capacidad de detectar oportunidades para emprender a lo largo de la crisis. Así, la tasa de personas que las vislumbran en el 2012 es del 13,9% de la población de 18-64 años, cuando en el 2007 era del 25%. La contracción del mercado y el clima económico adverso de los últimos años afectan a esta variable y a otras, como las que miden la proporción de población que conoce a otros emprendedores y el temor al fracaso como obstáculo para emprender. En el primer caso, el porcentaje obtenido en el 2012 es del 31,1% de la población y en el segundo del 47%. En cambio, el auto reconocimiento de estar en posesión de las habilidades, conocimiento y experiencia para emprender un pequeño negocio, se mantiene y alcanza al 50,4% de la población.
La cultura del emprendimiento
Los resultados para España en el año 2012 señalan que nuestra población tiende más a apoyar la cultura emprendedora que a no hacerlo. Sin embargo, este trasfondo no se está plasmando en un resultado brillante de actividad emprendedora, lo que evidencia que buena parte de este apoyo se traduce más en intenciones que en acción efectiva. A continuación se muestra la distribución de la población de 18-64 años en función de su grado de apoyo a la cultura emprendedora.
Crisis y emprendimiento
La crisis alienta la intención emprendedora, de forma que la tasa de personas que declaran tener el deseo de emprender en los próximos tres años no ha cesado de aumentar desde el año 2009. Actualmente, esta tasa se sitúa en un 12% de la población de 18-64 años, el valor más alto registrado desde el año 2000 en España. Sin embargo, la materialización de estas intenciones se viene produciendo de una forma muy condicionada por el clima económico.
El análisis de la actividad emprendedora española a lo largo del período 2000-2012, revela que a nuestro país le correspondería una tasa de actividad en torno al 8% y una tasa de desempleo inferior al 10% Sin embargo, la realidad es que tenemos una tasa de actividad del 5,7% y una tasa de desempleo superior al 25%. Se trata de datos que ponen de manifiesto que España está por debajo de su capacidad emprendedora.
La falta de crédito, retrae la actividad emprendedora
La financiación y el estado del mercado son dos de las condiciones más críticas para asumir el reto de emprender. La falta de crédito, una de las fuentes de financiación más utilizadas por el emprendedor, retrae la actividad y promueve una mayor intervención de la inversión informal por parte de familiares y otros allegados.
Las cantidades medias que aportan los inversores informales son modestas: la más típica es de 3.000€ y la mediana es de 6.000€. Las necesidades de capital semilla se sitúan en una media de 18.000€ y en un caso típico de 5.000€. La menor ambición de las iniciativas emprendedoras es un hecho y estas cantidades no han cesado de disminuir a lo largo de la crisis, pues en el año 2007 se situaban en 45.000€ y en 30.000€ respectivamente.
Condiciones del entorno para emprender
El diagnóstico proporcionado por los expertos entrevistados por GEM España acerca del estado de las principales condiciones del entorno para emprender es algo más optimista que el obtenido en el año anterior. Eso sí, tan sólo “aprueban” cuatro de diecisiete conceptos evaluados: la infraestructura física y de servicios a empresas, la predisposición de la población a consumir productos innovadores, el apoyo a la mujer emprendedora y la accesibilidad a infraestructura comercial y profesional para gestión de negocios emprendedores. El resto de condiciones, tales como la financiación, las políticas y programas públicos, la educación y formación emprendedora, la apertura del mercado interno y otras, no son aprobadas por los expertos. Las condiciones más críticas son: la educación y formación emprendedora en la etapa escolar y la financiación.
Noticia procedente de emprendedores.es